Loading...
Pon a hervir el litro de leche en un cazo con el tronco de canela y la piel de limón. Si optas por natillas espesas, separa un vaso y reserva. Cuando rompa a hervir, apártalo del fuego y tápalo.
Mientras, mezcla en frío las yemas de huevo y el azúcar.
Diluye en el vaso de agua las 3 cucharadas de maicena y, una vez bien disuelto, sin grumos, añade a las yemas y el azúcar, procurando que quede una pasta fina y sin grumos.
💡 ¡Paso importante! Cuela la leche encima del bol de las yemas (caliente sobre frío, ¡no al revés!) y remuévelo. Desecha la piel de limón y la canela.
Acto seguido, pon la mezcla en un cazo al fuego y caliéntalo sin dejar de remover. Verás que a medida que se calienta, se va espesando. Cuando rompa a hervir, apártalo del fuego y ponlo en el recipiente donde lo servirás, ya sea una fuente grande o boles pequeños.
Deja enfriar y, justo antes de servir, espolvorea con canela en polvo al gusto.
Probaré a hacerla con harina de trigo en vez de maicena.